Las puertas rápidas de lona están realizadas en materiales de alta calidad, son muy resistentes, robustas, fiables y seguras.
Una de las principales ventajas de la utilización de puertas rápidas de lona es su gran ahorro energético, ya que evita cambios de temperatura y su rapidez en la apertura y cierre que también permite un ahorro de energía.
Además, las puertas rápidas evitan el acceso de todo tipo de insectos, polvos y otros agentes externos por lo que son muy recomendadas para grandes superficies, almacenes, laboratorios, pasos interiores en naves industriales, cámaras frigoríficas, etc.
La mejora de las condiciones de trabajo y la economía en los gastos energéticos hacen de las puertas rápidas una inversión rápidamente amortizable.
Podemos encontrarnos dos grandes grupos de este tipo de puertas; las puertas rápidas con sistema de lona apilable y las puertas con sistema de lona enrollable.
Una puerta industrial se abre una media de entre 200 y 400 veces diarias.
Una puerta industrial automática de las llamadas rígidas, ya sea seccional, basculante o de otro tipo, y con unas medidas aproximadas de 4 x 4 metros, tiene un tiempo de maniobra, es decir, de apertura, tiempo de espera superior a unos 10 segundos y cierre de 60 segundos aproximadamente, con lo cual con un mínimo de 200 accionamientos son más de tres horas diarias de puerta abierta.
Este mismo calculo aplicado a una puerta rápida, a razón de 1 m/s de velocidad de maniobra y una pausa de 7 segundos, la puerta rápida se mantiene abierta unos 15 segundos aproximadamente lo que nos supone una diferencia de acción de 45 segundos, es decir, más de 2,5 horas diarias de puerta cerrada.
Resumiendo, 2,5 horas de ahorro energético diarias y una mejora sustancial de productividad, ya que los tiempos de espera de la apertura y cierre de la puerta se dividen por 5.
¿Todavía te quedan dudas de cuál es la mejor elección para tu empresa? Sin duda, las puertas rápidas de lona son la mejor opción para tu negocio.
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