Los insectos o los pequeños reptiles como las lagartijas son uno de los peligros más importantes para el mecanismo de nuestras puertas automáticas, y concretamente para la placa electrónica del motor de apertura. ¿Por qué? La razón es clara: estos pequeños animales buscan rincones cálidos para resguardarse del frío y del tiempo, y los transformadores de la placa eléctrica son espacios idóneos donde encontrar este calor.
Ahora bien, ¿cómo evitar averías en tu puerta automática?. Desde pequeños insectos a lagartijas cualquier bicho puede provocar un cortocircuito. Para evitar esto procura tener la caja de la placa electrónica bien sellada, que no haya huecos por donde entran los cables ni taladros ni nada por el estilo donde se pueda colar ningún insecto.
Si no hemos podido evitar que se averíe por esta causa, sí, la placa se puede reparar, porque lo habitual es que el animal haya hecho contacto entre dos puntos y haya provocado ese cortocircuito. Pero, debido a la complejidad y la cantidad de componentes de la propia placa, lo más habitual es cambiarla entera, garantizando así el correcto funcionamiento del motor y de la puerta.